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CONTROL DE ESFÍNTERES
 

CONTROL DE ESFÍNTERES

El control de esfínteres: evolución normal

Antes de abordar el control de esfínteres, debemos tener en cuenta que el niño tiene un proceso madurativo en su desarrollo mental y físico. La maduración suficiente para poder iniciar el control de esfínteres, en un proceso normal de desarrollo, suele tener lugar en torno a los dos años de edad.

La mayoría de los niños deja los pañales por sí solo en cualquier momento a partir de los 24 meses. (A veces un poco antes). Algunos lo hacen de forma totalmente espontánea, sin que nadie les diga nada.

En general, controlan antes las heces que la orina. Las niñas suelen ser algo más precoces que los niños. Empiezan controlando orina y heces durante el día, y más adelante, también por la noche.

Un niño está preparado para controlar cuando aparecen una serie de indicadores relativos a cierto nivel de retención, tales como:

Cuando se le cambia aparece seco.

Cuando pide pis o notamos que tiene ganas de hacerlo, se le dice que aguante un momento, y lo logra.

Cuando se le sienta en un orinal y hace pis.

Para abordar el control de esfínteres hay que tener en cuenta:

Debemos estar seguros de que es el momento porque, el niño nos da muestras de que está preparado y nosotros nos sentimos capaces de abordarlo.

Que haya una situación de tranquilidad y estabilidad en la familia. ( Es importante no abordar este proceso en momentos de cambio para el niño, tales como nacimiento de un hermano, cambio de centro educativo, separación de los padres, pérdida de un ser querido, etc..).

Si el niño está al cuidado de varias personas, elegir un método y que todos apliquen el mismo.

Coordinarse con el centro en el que está escolarizado.

Muchos niños y niñas (sobre un 10%) se hacen pis en la cama hasta los 6 años.

Control de esfínteres ¿Qué pueden hacer los padres para a ayudar al niño?

Vaya hablando del tema: enséñele las palabras adecuadas: pipí, orina, caca, heces, mojado, sucio, limpio, pañal, water, retrete, orinal, ... Permita que el niño vea cómo hacen los mayores (niños o adultos).

Observe si el niño tiene algún movimiento especial antes de defecar (se pone rojo, se encoge,...) u orinar (se mueve, cruza las piernas, se lleva las manos al pubis,...). Cuando lo inicie, llámele la atención para que se dé cuenta de ello: "Juan, me parece que tienes ganas de hacer caca ahora ¿verdad?"

Propóngale un primer intento: "¿Quieres sentarte un rato en el orinal a ver si sale tu caca?" Si el niño tiene éxito, celébrelo con una alabanza, una frase sencilla. Si no, no pasa nada. Pero se puede decir que "otro día" o "la próxima vez" Juan lo hará en el orinal como los niños mayores.

Es preferible comenzar a habituarle al uso del orinal justo después de las comidas, ya que en ese momento la necesidad de evacuar es más apremiante y es más probable que tenga éxito.

Ponga al niño ropa fácil de quitar. Las primeras veces apenas podrá esperar a que le desabrochen los vaqueros y se sentirá frustrado si se le "escapa". Esto es aún más importante si el propio niño desea ir al retrete por su cuenta sin llamar a nadie. Por tanto, serán bienvenidos los pantalones con elásticos (tipo chandal) o unas braguitas bajo la falda. Por eso suele ser más sencillo aprender todo esto en verano.

Durante la fase de aprendizaje, elogie siempre los éxitos y quite importancia a los fracasos.

Control de esfínteres ¿Cómo saber si el niño ya está preparado para dejar los pañales?

Si se dan al menos tres de estas condiciones, el niño está ya preparado para el primer intento:

Debe conocer las palabras clave: debe entender lo que es la "caca" o el "pipí" (en muchas familias se utilizan palabras o expresiones muy diferentes) y debe poder decirlas.

Para ello, el niño debe darse cuenta de las sensaciones que ocurren después de orinar o defecar. Estar "mojado", "sucio"...

Un poco más adelante, el niño será consciente de lo que se siente antes de: las "ganas" de orinar (contracciones de la vejiga) o de defecar (movimientos del intestino).

El niño ha preguntado ya acerca de algunas cosas relacionadas con la micción o la defecación, ha imitado a niños o adultos, o manifiesta que quiere probar a hacerlo.

Control de esfínteres Lo que no se debe hacer

Nunca debemos:

Tener prisa. Cada niño madura a su ritmo. Presionarle sólo conducirá a frustración y dificultades.

Amenazarle, reñirle, gritarle, castigarle... cuando no logra controlar los esfínteres.

Ridiculizarle en público, ante sus hermanos... Compararlo con otros niños más "adelantados".

Forzarle a usar el inodoro (la mayoría de los niños tiene miedo, teme caerse).

Ponerle dificultades involuntarias en forma de ropa difícil de manejar por el niño: olvídese de los "bodys", vaqueros, pantalones con cremalleras, petos con tirantes, leotardos...

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